Sabemos que el tipo de iluminación LED ya es la luz del presente y futuro. Un LED (Lighting Emitting Diode) se define como un semiconductor capaz de emitir luz y que se ha utilizado desde hace muchos años en diversos dispositivos. El primero se desarrolló en el año 1927 por Oleg Vladimírovich Lósev pero comenzó a usarse en la década de los sesenta. Hoy en día los avances y beneficios son muchos:
– Es menos contaminante que la luz tradicional por lo tanto más segura.
– Reduce las emisiones de CO2 en un 80%.
– Dura más y tiene un mantenimiento mínimo. Para hacernos una idea, si la encendemos unas 8 horas al día duraría más de 15 años.
– No quema porque provoca una mínima emisión de calor.
– Ahorro energético porque consumen mucho menos que las bombillas tradicionales o halógenos.
– Su encendido es al momento, a diferencia de las de bajo consumo.
– Resiste temperaturas más extremas, mayor humedad y vibraciones.
– Tiene diferentes tonos de luz para todo tipo de ambientes y reproduce los colores con gran fidelidad.
Menos cansancio visual
La luz incandescente es más brillante en el centro del foco y más oscuros por los alrededores. Esa alta concentración de luz en el centro de la zona iluminada crea puntos de luz calientes que causan cansancio visual. La luminaria LED permite el uso de múltiples fuentes de luz. Cada LED puede dirigirse hace una zona específica lo que hace que la luz sea más equilibrada y uniforme, evitando deslumbramientos.
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