Este año el cambio horario que se produce en la madrugada del sábado 26 de marzo al domingo 27 coincide con las vacaciones de Semana Santa. Se adelantarán los relojes una hora para adaptarnos a la hora de verano, por lo que a las 2.00 serán las 3.00.
Fue a partir del 1974 cuando se generalizó el cambio de hora aunque de manera intermitente y desde el 2001 se aplica con carácter indefinido. Esta medida se aplica porque una directiva concluyó que tiene impactos positivos no sólo en el ahorro sino sobre sectores como el transporte, la seguridad vial, el turismo, el ocio, las condiciones de trabajo o los modos de vida.
La justificación está en el ahorro energético ya que se trata de hacer coincidir las horas diurnas con la jornada laboral. Además, al crecer los días hay más horas de luz. Pero este tema no deja de generar debate ya que unos piensan que sí que el cambio de horario favorece para ahorrar energía y otros que simplemente se incrementa el uso de electricidad.
Diferentes investigaciones apuntan a que en realidad el ahorro no sería demasiado significativo, ya que todo depende también de los hábitos de los hogares y sus medidas para favorecer a ese menos consumo. Se debe aprovechar al máximo la luz natural y cuando vienen días de vacaciones como ahora intentar ser responsables y llevar a cabo estrategias de ahorro en electricidad como el desconectar los dispositivos que stand-by o reducir la temperatura de la nevera que es de los aparatos eléctricas que más consumen.
Si se puede lo ideal es apagar el cuadro eléctrico para que el ahorro sea total.
Es importante no olvidarse de cambiar la hora pero también hacer un uso inteligente durante todo el año para que el consumo eléctrico consiga alcanzar ese ahorro energético tan necesario.
Fuente imagen: http://stmedia.bolsamania.com/web/img/images_uploaded/2/e/cambiohora.jpg
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