El Ministerio de Industria, Energía y Turismo establece un modelo estándar de factura a través de la Resolución de 23 de mayo de 2014 que se puede consultar en el BOE.
El contenido mínimo que deben aportar las compañías eléctricas en cada factura emitida es:
- Logotipo, denominación, CIF y domicilio social de la empresa comercializadora.
- Datos: importe total expresado en euros, número de factura, periodo de consumo y fecha de cargo (en caso de estar domiciliada) o fecha límite de pago.
- Resumen que incluye los conceptos que aparecen en el modelo correspondiente a cada modalidad de suministro.
- Nombre y dirección a efectos de comunicación del titular del contrato.
Pero a pesar de la transparencia que se pretende alcanzar con esta información detallada, para muchos el recibo de la luz esconde términos técnicos desconocidos. Es muy importante tener claros dos conceptos: el importe fijo, basado en la potencia que se tiene contratada; y el importe variable, dependiente del consumo.
Importe fijo
Representa el coste fijo por disponer del servicio de suministro eléctrico que es fijado por el Gobierno y que variará según la comercializadora. Es una cantidad que se abona independientemente de si se consume más o menos en un determinado periodo de tiempo.
Importe variable
Se trata del coste real según el consumo durante el periodo de facturación. Conocer las horas en las cuales se gasta menos y tener una serie de buenos hábitos te permitirá ahorrar en cada recibo de electricidad.
El importe a pagar no solo tiene en cuenta la energía consumida, sino también los impuestos.
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